Conoce a Silvia Ontaneda
Nací con la convicción de que la tierra no se explota, se honra. Mis padres me enseñaron que la sostenibilidad no es un lujo, sino un modo de vida: reciclar, sembrar, cuidar el agua y valorar los alimentos. Ese amor por la naturaleza me llevó a convertirme en abogada de derechos humanos y a dedicar mi vida a defender tanto a las personas como a la Pachamama.
Después de servir como diplomática y participar en negociaciones internacionales, entendí que Latinoamérica necesitaba liderar sus propios estándares de sostenibilidad. Así nació WeFairTrade Academy, un espacio de formación y empoderamiento para productores y comunidades, y luego ETHICA, una certificación ética y sostenible que garantiza transparencia en las cadenas de suministro.
Mi historia es también la historia de campesinos, pescadores y emprendedores que luchan cada día contra el clima, la pobreza y el crimen organizado. Ellos me enseñaron resiliencia y esperanza. Este blog es para honrarlos y para demostrar que un comercio justo y humano es posible.



Sobre Mí
Mi pasión por la sostenibilidad nació mucho antes de que existiera como concepto de moda. Me la inculcaron mis padres. Ellos me enseñaron que los recursos naturales no se desperdician, porque siempre hay alguien que los necesita. Me enseñaron a honrar la tierra, los frutos, el alimento. Mi madre repetía que nuestra salud está en proporción directa con lo que ingerimos. Mi padre, aunque empresario, amaba profundamente el campo. Tenía fincas donde siempre encontraba un motivo para sembrar. En casa, nada se desperdiciaba: el plástico se reciclaba y lo que para unos era desecho, para otros podía tener valor.
Crecí con esa sensibilidad y gratitud hacia la tierra y hacia las personas que la trabajan. Recuerdo especialmente la finca que compraron, con vertientes de agua pura y minerales únicos. Mi padre soñaba con embotellarla, pero en ese entonces, hace más de 40 años, la tecnología no lo permitía. El país donde nací es maravilloso: tiene absolutamente todo. Al vivir fuera, me di cuenta de que la sostenibilidad no era una moda en mi tierra, sino un valor inherente a su gente. Sin embargo, la pobreza y la ambición por recursos como petróleo, oro o plata han devastado ecosistemas. Comprendí que la sostenibilidad no es un límite económico: al contrario, optimiza los recursos y los hace perdurables en el tiempo.
Capítulo 1
Mi carrera como abogada
Mi pasión por defender a las personas más vulnerables y a los ecosistemas me llevó a estudiar Derecho, especializándome en Derechos Humanos. En aquel tiempo, los saberes ancestrales de los pueblos indígenas no eran respetados. Farmacéuticas, mineras y hasta la academia se beneficiaban de su conocimiento sin reconocerles nada. Para ellos, la Pachamama es la Madre, no un recurso explotable.
Al graduarme en Ecuador, continué con una Maestría y el Doctorado en la Universidad de Minnesota. Allí tuve el privilegio de trabajar con la profesora Ruth Okediji, una de las más destacadas en Propiedad Intelectual, quien me enseñó cómo funcionaba realmente el sistema. Después, me integré al equipo negociador de los Tratados de Libre Comercio en la Presidencia del Ecuador. Durante ese tiempo, por primera vez, el gobierno planteó darle derechos a la naturaleza como política de Estado. Aunque los esfuerzos se quedaron a nivel local, esa visión impulso a desarrollar estrategias para que estas politicas puedan ser implementadas internacionalmente.
Capítulo 2
El salto hacia la política pública internacional
Quería contribuir a una política internacional que reconociera derechos no solo a las personas, sino también a la naturaleza. Fue así que fundé el South American Trade Forum, un espacio pionero donde comenzamos a hablar de derechos humanos, derechos ambientales, desarrollo económico y empresas.
En 2017, al retirarme del servicio exterior, decidí dedicarme a construir una organización que liderara, desde América Latina, estándares de sostenibilidad alineados con los marcos legales y constitucionales de la región: derechos ambientales, derechos laborales y derechos humanos.
Gracias al profesor Jeff Ashe de Columbia University, conecté con comunidades indígenas en Guatemala, donde aprendí sobre el rol de la mujer en el empoderamiento colectivo y la protección del medio ambiente mientras se generan ingresos sostenibles. De esas experiencias nació WeFairTrade Academy.
Luego viajé a Ecuador a reunirme con pescadores y agricultores, escuchando sus historias de lucha. Para los pescadores, los barcos chinos que arrasan con los mares, los piratas que roban sus capturas y los procesadores que no siempre pagan, eran parte de una realidad diaria. Comprendí que la única salida era empoderarlos para que comenzaran una organización colectiva y el apoyo de inversiones que les permitieran escalar y convertirse en procesadores y exportadores.
Capítulo 3
Manabí y los pitahayeros
Este capítulo ha sido uno de los más importantes de mi camino como emprendedora social. En Manabí-Ecuador, los productores de pitahaya me mostraron la verdadera cara del pequeño agricultor y exportador: su resiliencia, sus luchas contra el clima, la violencia y el crimen organizado. A pesar de todo, no se rinden. Ellos lo hacen porque aman a su familia, a su comunidad, a su país. No se rinden ni pierden la esperanza de que algun dia, el Ecuador volvera a ser un pais donde puedan vivir en paz y pueda recobrar el derecho a trabajar en libertad.
Este blog está dedicado a esos héroes y heroínas: campesinos, agricultores, emprendedores y exportadores que me abrieron las puertas de sus hogares, compartieron sus historias y me enseñaron el verdadero significado de la palabra resiliencia.
De ellos nació ETHICA, una certificación ética y sostenible que busca garantizar transparencia en la cadena de suministro y apoyar a quienes, con dignidad y esfuerzo, trabajan para que el comercio no solo sea rentable, sino también justo y humano.
A mi hermano, motor de esa comunidad de emprendedores, y a todas las personas que confiaron en mí, les dedico estas páginas. No puedo revelar sus nombres, porque corren peligro frente al crimen organizado. Pero sus voces viven en cada palabra de este proyecto
Mapa de competencias
